Desde que nacemos, tenemos maneras de habitar el espacio que nos rodea, maneras de mezclarnos en él, siendo la ropa que vestimos, nuestra primera morada específica. El entrar en contacto con algo o alguien es parte inherente al ser humano.
Este workshop se hizo con la intención de sensibilizarnos al mundo que nos rodea y a la forma como percibimos y habitamos los lugares.
Este ejercicio nos mostraba la infinidad de posibilidades que existen para jugar con el espacio de manera sensible a través de una tela negra que era el elemento de relación con el entorno.
En este ejercicio pudimos comprender las reacciones del cuerpo ante diferentes estímulos sensitivos y visuales y las intervenciones que se pueden hacer con el cuerpo en un espacio.
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